Powered By Blogger

lunes, 25 de mayo de 2009

El movimiento sindical ante las nuevas formas de organización de trabajo.

En el contexto histórico de transición de un modelo de desarrollo a otro, no son pocos los cambios y retos que se le plantean al movimiento sindical, en particular, y al movimiento obrero en general.
En primer lugar, se tiene que el nuevo modelo representa un viraje en relación a la propuesta de apertura y liberación de mercados, este ultimo debería brindar una gran expansión ante el sector laboral, lo cual redundaría positivamente en empleo y salarios, debido a que el trabajo es el factor productivo abundante en la economía y se emplea en esos sectores. La empresa seria entonces un ente organizacional, que integra y colectiviza los aportes de la fuerza de trabajo al proceso de producir bienes y servicios, el trabajo por su parte contribuye desde una perspectiva individual, que nace de la necesidad de sobrevivencia, de reproducción, de satisfacción primaria; con el propósito de apuntalar este efecto, no debía regularse al máximo el mercado de trabajo, a los fines de potenciar las ventajas comparativas. Es por ello que las ideas permiten dar cambio en las formas de propiedad.


La propiedad estatal con control obrero, la cogestión y la autogestión exigen elevados niveles de formación, claridad y organización. De la constitución y fortalecimiento de las organizaciones sindicales se derivan entonces los procesos de interlocución entre empresas y trabajadores, que constituyen la plataforma de las relaciones de trabajo. Los resultados se traducen en mejoras de las condiciones laborales y de vida de los empleados.


No se trata tan sólo de exigir mejoras reivindicativas, sino de participar activamente en el desarrollo de la unidad productiva y de la sociedad entera a través del despliegue de diversas formas del poder popular, lo cual garantizará el bienestar de los trabajadores, así como contribuir al bienestar de la sociedad.

El planteamiento de desarrollo endógeno apunta, precisamente, a subsanar el gravísimo problema del desempleo, pero no a partir de los estímulos del mercado sino dirigiendo las potencialidades productivas hacia las necesidades internas de la economía, se podrían obtener los parámetros de eficiencia capitalista a las necesidades de la población. La estabilidad laboral y la humanización de las relaciones laborales sobre la base de una regulación del mercado laboral generan condiciones propicias para la organización sindical. Entonces sería el Estado, a través de las políticas gubernamentales, las cuales juegan un papel preponderante en este ámbito incrementar las fuentes de empleo, estabilizar el empleo existente y aumentar los niveles salariales en el marco de una política por mejorar los parámetros de distribución del ingreso como muestra de la presencia de un sistema de justicia social, concepto éste que contrasta con el de justicia en el capitalismo. Esta es la respuesta a la actuación distorsionante del mercado durante casi una década de libre mercado. Con esto, los objetivos del Estado se identifican con dos de los ámbitos de mayor importancia en la lucha reivindicativa del movimiento sindical, como lo son el empleo y los salarios.


No obstante las políticas públicas se orientan a mejorar el acceso de los trabajadores a servicios indispensables para el crecimiento cualitativo del individuo, aquí destacan los esfuerzos en el área de la salud, educación y la cultura. Decir esto, cuando aún predominan las recetas neo liberales, no es cualquier cosa, pero no todo se mueve en torno al ámbito reivindicativo. El proceso de industrialización que se impulsa tiene un carácter distinto al tradicional, no se trata exclusivamente del despliegue de las fuerzas productivas, sino de promover un nuevo actor en un rol protagonista.


La industrialización persigue incorporar a los trabajadores organizados en las gestiones de dirección, planificación y control de los procesos productivos, intentando superar la división de trabajo típica del capitalismo. Estos son cambios que, sin lugar a dudas, mejoran la situación social de la clase obrera y que por lo tanto, reclaman un significativo grado de madurez del movimiento sindical.


El actual proceso de transición a un nuevo modelo de desarrollo no sólo implica drásticos cambios en cuanto a su forma de funcionamiento, su orientación social y territorial, los intereses que la dominan y las fuerzas motrices que la impulsan. Los elementos novedosos del modelo implican exigencias y retos de gran envergadura para el movimiento sindical y el movimiento obrero en general. De su capacidad para adaptarse a las nuevas condiciones y asumir las responsabilidades que se desprenden para él dependerá en buena medida el éxito de dicho modelo, y así obtener ventajas y beneficios para los trabajadores. Pues bien nada de esto sucedió, la apertura indiscriminada sometió a la industria domestica a una competencia desigual, llevando a la quiebra a un considerable número de empresas, ocasionando desempleo, incremento de la desocupación y la disminución de los salarios reales; dando como consecuencia un incremento sustancial del sector informal.




Análisis e interpretación del articulo: El movimiento sindical ante las nuevas formas de organización del trabajo. Autor: Héctor Lucena. http://www.nuso.org/upload/anexos/foro_294.pdf

No hay comentarios:

Publicar un comentario