Así pues, Este enfoque teórico de una estrategia adecuada para cualquier empresa que considera que la competitividad no es una cualidad que pueda atribuirse genéricamente a un país ni a un sector industrial, sino que una nación o una industria serán competitivos en la medida en que lo sean las empresas que acoge es decir de ahí que considere que la unidad económica fundamental para analizar la competitividad es la empresa. En este mismo sentido en el campo estratégico existe un cierto consenso por considerar a los niveles más desagregados como los que permiten explicar con mayor profundidad las causas de la competitividad empresarial. Así pues, el estudio interno de la empresa y dentro de ella, los recursos distintivos, no sólo los estáticos sino, sobre todo, la creación de rutinas o patrones de funcionamiento que sean capaces de activar las fortalezas de la empresa, han sido considerados como el análisis de referencia de la competitividad empresarial. Sin embargo, la concepción abierta de la organización empresarial y la permanencia de lazos con las otras organizaciones del entorno cercano, constituyen la ampliación natural del estudio que refleja las fronteras de la empresa individual y da cabida a las redes de relaciones interorganizativas. Debido a esto la planificación estratégica no se puede delimitar como un concepto sino se debe tratar de un proceso dinámico, que atraviesa varias fases o etapas. Es un proceso que parte del análisis de la empresa y su entorno competitivo; es la búsqueda de una estrategia que permita construir o mantener una ventaja competitiva. La planificación estratégica considera el entorno como algo dinámico, dentro del cual las organizaciones se encuentran inmersas y en el cual la acción no puede ser planificada sin considerarlo de manera global.
No obstante, dentro del enfoque estratégico empresarial, a su vez, han ido apareciendo diversos modelos conceptuales de empresa y diversos enfoques sobre la construcción de una Teoría de la Estrategia, todos los cuales aportan luz al estudio de la organización. Para lograr esto se debe llevar a cabo una verdadera estrategia efectiva que permita el desarrollo de una estrategia corporativa comprende tres elementos claves: El primero, identificar una ventaja distintiva o competitiva de la organización, es decir, algo que ésta hace particularmente bien y por tanto las distingue de sus competidores. Tal ventaja puede estar en sus productos, su recurso humano, en la organización, en el servicio al cliente, en la agilidad de sus procesos, en la capacidad de respuesta. El segundo es encontrar un “nicho” en el medio. Un nicho es la posición de la empresa en un segmento del mercado compatible con la visión corporativa. Uno efectivo es aquel UE da a la empresa una posición que le permita sacar ventaja de las oportunidades que se le presentan y prevenir el efecto de las amenazas en el medio.